El Indio Solari cantando Salando las heridas

Continuamos trayéndoles lo mejor del show de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en el Estado Malvinas el pasado 8 de marzo. Aquella noche, el Míster hizo varias apariciones en vivo a través de la pantalla. Algo realmente revolucionario. La gente enloqueció. No es para menos, hacía 3 años que no escuchábamos su voz.

El Indio Solari se pudo dar el lujo de cantar, por fin, las canciones de su último disco: El Ruiseñor, el amor y la muerte. El mejor como solista a mi gusto. Nos deleitó con La Oscuridad y El Callejón de los Milagros. Fue increíble lo que se sintió en el estadio cuando aparecía su voz en las pantallas.

El video oficial que todos esperábamos

Esta vez les traigo otro temón que explotó: Salando las Heridas. Volvió a reaparecer el Indio por las pantallas con su inconfundible voz. Todos saltando y cantando a su compás con la música de Los Fundamelistas que hicieron un laburo sobresaliente.

Saliste ya mil veces
de la pista a respirar
a reclutar, bien maquillado
y ocultando tu lunar.

Un día el bote volcó
y el premio a pique se fue.
Todos te daban por muerto
y vos allí en mi remolque
sin luz, como un polizón.

Mirá que tipo espeso,
sumiso como un guiso más,
un vago de mil caravanas
a punto de quedar a pie.

Fundiendo plomo lográs
chorros de oro cochino
en besos de lo más desnudos,
pero el café con tu suerte
se enfría en mi mesa fría.

Apuntamos a tu nariz
hundimos tus pómulos
y vos resplandecías
no te quedó sueño por vengar
y ya no esperás que te jueguen limpio
nunca más.

Salando las heridas
jodiste a todo Cristo y más…
a boluditos de la luna
y tipas porno-nazi look.

Un día el bote volcó
y el premio a pique se fue.
Todos te daban por muerto
y vos allí en mi remolque
sin luz, como un polizón.

Tu lengua se derrite
en modas de la rabia de hoy
cuando enfermas con tanta gana
cerras las filas del dolor.

Fundiendo plomo lográs
chorros de oro cochino
en besos de lo más desnudos,
pero el café con tu suerte
se enfría en mi mesa fría.

Apuntamos a tu nariz
hundimos tus pómulos
y vos resplandecías
no te quedó sueño por vengar
y ya no esperás que te jueguen limpio
nunca más.

El Indio cantó Salando las Heridas