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El papá de Catalina asustó a todos

La reaparición de Catalina Gorosti en Gran Hermano volvió a poner sobre la mesa un tema que preocupa a su familia desde hace años: su relación con la comida. Su comportamiento dentro de la casa encendió las alarmas, ya que algunos gestos recuerdan a episodios previos que vivió durante su adolescencia.

Su padre, en diálogo con los medios, contó que la situación comenzó cuando Catalina tenía 16 años. “Veíamos que revolvía la comida, que empezó a bajar de peso”, recordó, señalando que su preocupación los llevó a consultar con un pediatra en busca de respuestas.

El diagnóstico fue claro: “El médico nos explicó que se trataba de una especie de anorexia nerviosa. No es que come y vomita, directamente no come”, explicó. Esta condición, caracterizada por la restricción alimentaria extrema, suele ser difícil de tratar y requiere un fuerte acompañamiento tanto médico como emocional.

Si bien en aquel entonces su familia pudo intervenir, con el paso de los años la situación se volvió más compleja. “Cuando son chicos los llevás de los pelos al médico, pero ahora que es una mujer grande, lo único que podés hacer es tratar de hacerle entender que necesita ayuda”, dijo con resignación.

El padre de la participante también expresó la angustia que sienten como familia al no poder obligarla a recibir tratamiento. “Te genera una impotencia enorme, porque no la podés ayudar de ninguna manera más que hablándole”, aseguró. Y agregó: “Cuando entra en esa etapa, podés hablarle durante meses y no le entra una bala”.

La preocupación crece dentro y fuera del reality, donde los seguidores de Gran Hermano no tardaron en notar su actitud con la comida. En las redes sociales, muchos espectadores expresaron su inquietud y pidieron que la producción del programa intervenga para garantizar su bienestar. ¿Es recomendable que salga de la casa?

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