Confirman que es la zapatilla de Máximo Thomsen la que se usó para golpear hasta la muerte a Fernando Báez Sosa

El 2020 comenzó de la peor manera en nuestro país. Un grupo de rugbiers acababa con la vida de un persona que había ido de vacaciones a Villa Gesell a disfrutar con sus amigos. A la salida del boliche, casi sin esperarlo, la vida le jugó una mala pasada. Una patotas lo golpeó hasta terminar con todos sus sueños. Una noticia que estuvo en boca de todos durante varias semanas.

Hoy, la causa parece no importar más, pero hace instantes se conoció el resultado de las pericias scopométricas realizadas en el laboratorio de la Policía Federal Argentina de Mar del Plata: una de las huellas de zapatilla que tenía en el rostro Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes de puño y patadas frente a un boliche de Villa Gesell el 18 de enero último, corresponde a la zapatilla del rugbier detenido Máximo Thomsen.

Desde el momento del hecho, el grupo de rugbiers se encuentra detenido. La sociedad ha hecho lo suyo para que eso suceda y no quede todo impune como estaban acostumbrados. Les salió bastante cara la «jodita». En el medio ocurrió lo del coronavirus, por lo que sus nombres dejaron de aparecer en los medios de comunicación.

Los padres de Fernando Báez Sosa se encuentran destrozados, lógicamente. Dieron algunas declaraciones en las últimas horas. No encontrarán paz. Lo único que puede sanar (un poco) es que se les de una condena a los acabaron con la vida de su hijo.