Descubren a un sacerdote con una joven en la parroquia
El reciente escándalo que sacudió a la comunidad de Nova Maringá, en el estado brasileño de Mato Grosso, continúa generando repercusiones. El sacerdote Luciano Braga Simplício, protagonista del hecho que se viralizó en todo el país, decidió romper el silencio tras ser sorprendido semidesnudo junto a una joven dentro de la casa parroquial. Su testimonio busca poner fin a las especulaciones que se multiplicaron en redes sociales.
En un audio difundido públicamente, el padre negó cualquier vínculo inapropiado con la joven identificada como Isabela. Según su versión, ella le habría pedido permiso para usar una habitación y darse una ducha después de colaborar con tareas en la iglesia esa mañana. “Le dije que sí, sin imaginar que esto terminaría así”, sostuvo el sacerdote, intentando aclarar que no existió ninguna intención indebida.
Simplício explicó que, al salir del baño, encontró a la joven en el living y le pidió que se quedara allí para evitar malentendidos si alguien llegaba a la parroquia. Sin embargo, todo cambió cuando el novio de Isabela y su padre irrumpieron en el lugar, forzando la puerta del baño y hallando a la joven visiblemente alterada. La escena fue grabada y el video se viralizó rápidamente, desatando una ola de críticas, burlas y memes que recorrieron todo Brasil.
Vecinos de Nova Maringá calificaron el episodio como “vergonzoso e increíble”, destacando el impacto que tuvo en una comunidad pequeña de apenas cinco mil habitantes. Ante el escándalo, la Diócesis de Diamantino emitió un comunicado anunciando la suspensión temporal del padre Luciano mientras se desarrolla una investigación interna. El obispo Dom Vital Chitolina afirmó que se están tomando “todas las medidas canónicas necesarias en vista del bien de la Iglesia y del pueblo de Dios”.
El sacerdote, que ingresó al clero en 2012 y fue ordenado ese mismo año, había sido trasladado recientemente a Nova Maringá. Hasta antes del hecho, mantenía una presencia activa en redes con su perfil “Alô Meu Deus!”, donde compartía mensajes religiosos a diario. Tras la viralización del video, cerró todas sus cuentas.
El caso abrió un debate nacional sobre la conducta de los líderes religiosos, la confianza de los fieles y la necesidad de establecer protocolos claros de convivencia y privacidad dentro de la Iglesia. La investigación continúa abierta y la comunidad espera conocer el desenlace de un episodio que, sin duda, marcó un antes y un después en Nova Maringá.
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